Figuras invernales


A las mujeres que están cerca de mí

Meses en ausencia personal.

Viaje que termina en pausa…


Están los brazos en la calidez de la mañana,

Espacio lejano que no calienta en invierno.

Sol desaliñado para artíistas que aman el brillo.


Escribir algunas líneas 

Con el dolor de la madrugada,

La áspera, la conciliadora maraña energética que es la oscuridad,

Con los sonidos que llegan de la autopista,

vecina inclemente, sonando a todas horas.


Quiero escribir,

suena el tiempo con su moho,

Sus deliberantes páginas

Que se agotan en eso desconocido

ese espacio, cambiante, arrodillado

entre el tiempo entumecido

delirantes ostras del tiempo.

Viene el espacio

Con sus palabras mágicas

Con sus dislates se engulle la capacidad humana,

El celo, ese estruendo que no permite vivir.


Léeme ahora que recorto,

Trasquilando el sentido vergonzante

En algunas triadas mágicas.


Sonrìo

Apago la hora con mi recuerdo triste,

Con esta aprensión que me devora en mis ultimas horas,

Que son del colectivo

De mis compañeros que soy yo, 

De ellas que están ahí,

Con el tiento de las desiciones,

Con el orgullo que nos arrebataron desde hace tiempo.


Escribo acodado,

Repasando esos paisajes que ya no son…

Que se fueron reponiendo con estás calles crucero,

Con esta urbe que come de a poco,

Su transporte público infame,

Sus animales domésticos dañados…


En el centro, el mundo: las desiciones devorándonos,

Acechando con la rusticidad de lo espontáneo

Del giro inmenso que te traslada a la incertidumbre.


Volar aquí, 

Frio,

Aterrado de lo que viene,

Salto, 

brillo,

sonrío.

Guardo el alimento para mañana.

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