El difícil camino de una noche estrellada

A mis amigos/as/es…

 

Proemio

 

Entre el esfuerzo

Y

La obsesión de la renuncia ideal,

Está el cansancio

Que acomete mi presente.

 

Camino aromático

En el olvido de mis letras agónicas,

Delirantes en el canal de la mirada.

 

Valga

Meses de poca escritura,

Hilvanada con la fe de la atemporalidad,

El recuerdo eterno de la mujer-intimidad,

La experiencia onírica que fácil se va,

El disparate universal que vincula la otredad,

La ciudad eterna, pronta a despertar,

La desesperanza de las horas disueltas en días

Los lunes de horror juvenil,

Las estrellas que anteponen la poesía,

La fe como salvadora

Este riel que trata de organizar la armonía.

 

Bienvenido

Ahora lector, lectora, lectore,

Has con tu mirada la lectura que cruza,

                                         Que parpadea,

                                         La belleza que antepone la realidad

                                                                           Antes que la renuncia. 

 

 


 

Escribir y correr

 

Escribir un poema

(                           )

Irradiar mundo.

 

Calzarse la vista

Que todo transforma,

Tras el crepúsculo

Tras la mañana encantada,

Tras el biombo de la enfermedad crónica.

 

Crear el mundo por medio de la palabra.

Construcción tangente de  vida diaria.

Rezar con el asidero de la esperanza,

Qué cuaja hasta la tarde sin dilación.

 

Alejarse de la monotonía que es frustración,

El desesperante transplante de los tiempos confinados,

El desayuno forzado por ser humano,

La mañana que se va

                                     con un regreso vespertino que no avanza.

La tarde se despliega con sus reproches,

Se abandonó el mundo por el mundo.

 

Odisea de la nada capitalista

Subsistir para existir,

Viaje apenas visible,

Casa, empeñada en desagregarse.

 

 

 


 

Ausencia IX

                                                                                    Déjame oir 

                                                                                                                el rumor de mar 

que llevas dentro

 

                                                                                                                                                          Caracol

                                                                                                                                                          J. M. A,

Sigo buscándote,

Sin encontrarte 

Mento al viento

Invoco a la tarde oscura,

Pero no apareces.

 

Tu voz

Que no es más.

Esa oquedad hilarante de la cual reías.

 

No te nombraré

Lo juro

No importa que el silencio diga,

Te invoque con el ansia sin freno,

Sin este invierno que extrañe 

El vaho de tu cuerpo.

 


 

Pachuca revisitada

 

Pachuca no es la misma.

Cambió su sentido del mundo,

Caminos

Cientos de colonias diezmadas.

 

Ya no es Historia

Plasmada en su Centro,

Sus viejo camiones,

destartalados circulando

por las calles tuertas,

las empinadas cuestas.

Las panaderías de siempre

donde un futuro aguardaba

en calorias vacias

contra los vientos violentos.

Los pastes de ocasión

ahora estandarizados,

aparecericiendo hasta en Nuevo León.

 

El mundo colisionó,

Sin percatarnos

Entró a un proceso diferenciado,

Demasiado homogenizador.

Impactó la posmodernidad

Que muchos han caracterizado.

 

Desaparecieron 

Sus centros de diversión,

En los barrios altos

En el Centro

En las orillas.

En los territorios rojos

Para una comunidad anquilosada

Moralmente arturdida de su pasado minero.

 

Dejamos las mañana frías

Las tardes ventosas,

Cobijamos lugares otros:Pachuca no es la misma.

Se fue con la adolescencia tardía,

Con la mañana rijosa.

 

Sigue en su lugar geográfico,

Más expandida al sur,

Más invasiva al norte.

Crece sin freno,

Hasta ser una zona metropolitana.

 

Parecería que siempre es distinta.

Su universidad, proveniente de estertores

Ahoga con sus olas académicas

A la otrora banda porril,

La cual inteligentemente forjó 

La casa de estudios sólida desbaratada

Lavando dinero.

Sigue pálida

Controlada por los de siempre,

Con una violencia apocada.

Aparecen porros

No se van los de siempre,

Incluso 

Se han jubilado

Siguiendo presentes.

 

Las calles

Su gente,

Pachuca no es la misma.

No está la felicidad dominguera,

El futbol como pastilla clorada,

El pancracio que se unde sin remedio.

 

Sus plazas que lucen diferentes

Pero son iguales,

Sus callejones que caen,

Callejones que suben

A cerros sin igual.

 

Sus días fríos

Conversan con mis recuerdos,

Tiempos turbios

Enredados en los estudios

En los amores.

 

Otomis del norte de Puebla

En los callejones

Que otrora fueron mineros,

Gente saliendo de las minas,

Gente haciéndose de las minas.

 

Sus miradas cálidas

Siempre, con sus dolores

Con sus espacios húmedos

Que hablan de las familias ,antes, ahí.

 

Los Otomi

De regreso a la ciudad,

Cubriendo espacios en la periferia,

En las orillas de lo incuantificable,

                                                                 por esa lejanía venida a menos.

 

Ese espacio que es lejano,

Es oscuro

Recibido por transmisión oral,

Lejanía

Fe,

Con la vuelta y olvido merecido,

Nadie quiere saber de los Tuzos

O las tuzas…

 

Como si de una blasfemia se tratase,

Pachuca cubre su pasado

Con puestas en escena,

Mentiras piadosas

Puestas en práctica.

 

Pachuca ya no es,

Nunca fue

La ciudad provinciana.

Su gente se va

Nunca están los espacios.

 

Nos retiramos,

Sin darnos cuenta

Dejamos una batalla

Que nunca más regresará.

 

Somos esa población flotante

Que siempre ha estado en la ciudad:

Abriendo obsidianas,

Creando espacios para cultivar, 

Huecos para pastar,

Cavidades en minas

Espacios en los servicios

Oquedades de burocracia sin fin…

Hoyos difíciles de atar.

 

Un valle seco…

…ya no está.

 

Reminiscencia de los pedazos 

De barrios

Nunca los mismos,

Personas que se han ido,

Con la risa entre sus dientes

Con la escucha atenta. 

 

Deseos tortuosos

En el meandro nombrado callejones, 

Concreto

Asfalto

Suelo

Conjunciones de la altitud urbana.

 

Pachuca no es la misma,

La ha forjado el mundo

Con sus migrantes de siempre:

Nahuas

Otomis

Huastecos(as)

Europeos(as)

Mestizos(as)

Mexicanos(as)

Haitianos(as)

Extranjeros(as)…

Siempre un crisol en fuga

Que han hecho de la ciudad:

Espacio de convergencia sin fin. 

 


 

Lunes convulso

 

Es un gran día nublado,

La mañana se ha resistido al sol.

En una plataforma

La vaguedad de la temperatura.

 

Todo el mundo

Amanecio atento a sí mismo.

Con sus alientos calcareos

Con el sentir de su temperatura…

Siempre la misma...

 


 

Lugar seguro

 

Espacio

Turba milenaria donde el “ahora” se prolonga,

Disuelto en arpegios

Invocamos la claridad de este instante,

                                               disuelto en su eternidad consentida.

 

Es de madrugada

Justo

Antes del amanecer,

Sonrio con las fuerzas desganadas,

Arropadas 

Como si el nunca existiera,

Cual viaje alrededor de un sortilegio.

 

 

 


 

Ansiedad

 

Con este recorrer,

Ambigüedad que el cuerpo plasma,

Enervado, 

Desilusionada la idea

Con un cuerpo vibrante,

lacerante.

 

Con el correr de las horas,

Hirsuto,

Enhiesto,

Con el cundir de las horas.

 

Cientos de estudiantes

Circundando los patios

Los pasillos,

Sin reglas

Con la irreverencia como principio.

 

Algún gesto,

La palabra

El sino que viene boca abajo,

Esa sensación que electriza.

 

 


 

Olvido

 

Audacia 

La comunicación perdida,

Envuelta en amplias redes

Donde el olvido 

Es la barca de la esperanza.

 

 


 

Poema E

 

He regresado de un largo viaje,

Distancia corta

Malherido,

         recorrido laboral de la traición.

 

 

Un dolor compaginado con el cuerpo.

Pronto, 

         llega el aroma de tu cuerpo

El que ha sido procesado por el sudor.

Lo percibo,

         te recuerdo.

 

 

Ese aroma 

de tus treintas

Combinación del cuerpo,

                                     fluido de tu sexo.

 

 

Nuevo recorrido

                   me lleva a escribirte.

 

 

Este recordarte en el aroma, 

                                               como la memoria casi intacta

         te veo ahí, “sentadita”.

Saltimbanqui de las emociones,

                                               que giramos por ultima vez.

 

 

Pero el aroma que desprendo

Ahora es el tuyo,

Que hace brotar el recuerdo,

                                               ese sudor del deseo.

 

 

Estás aquí, 

                   a veces con mayor intensidad en la memoria,

A veces con menor lucidez

                   mi cuerpo,  braza, espera tu visita

                                                        para arder, con ese saberse cercano.

 

 

Sin oprobio 

         limpio el recuerdo

                                     de tu cuerpo.

                                                        

 

F

 

Felicidad a diestra y siniestra.

Un café expreso doble,

La sencillez del espacio de vida:

La periferia,

         antes salvaje,

                            ahora aldeana.

 

Con mis sensaciones al plus,

Te nombro

Las nombro

Sin dejar de saberme amado,

A veces herido

Otras veces arrepentido.

 

Sin un motivo crucial

Para dormir en los brazos de nadie.

Salto,

Giro sobre los hombros de todo,

 

En mi sencillez

Giro al mundo que me convence,

Siempre al unisono,

Corto la mañana…

 

Úlitmamente la madrugada,

Rocio de verano

Que con su encanto 

Contra luz

Me hace saber:

Sobre el lugar donde permanezco.

 

 

Felicidad,

Es la mañana con sol abierto,

Con un café

Un pasado

Y un presente colmado de este momento.

 


 

La palabra

 

La palabra

El acuerdo que reconsidera, 

La huida de los días

El cono de la ilusión en plácemes.

 

El acuerdo de la conjunción.

Lo dicho 

Lo contraído

La acción.

 

Es una bella idea el acuerdo,

La conexión de la acciones

Sobre las ideas más crocantes.

 

Una idea coherente,

Hedonismo que trenza

Liberando  el sometimiento real.

 

Hay una nueva realidad del poder,

El que concuerda, no somete

El que trenza, no extiende

El que vincula, no rompe…

Sueño del mundo releído

Es la concordía de la amabilidad desleida.

 

 


 

Reconsideraciones

 

El poder promete el infinito regreso a sí.

 

Byung-Chul Han. 

Hegel y el poder: un ensayo sobre la amabilidad

 

En el afuera la coherencia blanquecina

Viendo desde mi.

 

La extensión de la mañana

Hay una armonía impensable,

Razonable para este mundo de hoy.

 

Violencia subsumida en más violencia,

Yo-ellos(as, es)

La dispersión de la diferencia

                                     en su lógica, inmaculada

                                      jaspeadas de diversidad.

 

Aquí, 

Con la deuda de los días

                            de los años siniestros                                                                                            de los siglos enhiestos.

No hay nuevos soles

Es la idea cambiada

                   torcida para su entendimiento.

 

Hay una lógico que rebasa,

Que se asoma por la ventana

Con la cara del niño infinito

                            aquí, allí…

 

 

Es la hora de la cordialidad

De la mañana plena

La tarde galante

La noche eterna.

 

 


 

La divinidad y el poder

 

La conexión es espiritual.

Relaciones de espacio y tiempo.

Todo en uno.

 

Dios en la expresión humana,

Creación divina generadora de mundo,

Enlaces inagotables desde el espíritu.

 

Somos desde nuestra creación

La alegoría última de lo divino.

 

 

 

Segundo semestre, 2023

 

 

                                                                           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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