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He mirado desde la orilla
Con poco al nombrarte.
Bordo ese tejido a la mañana.

Es un llanto que huele a montaña
Roce de mundo y naturaleza,
Insólito, insólita.

El recuerdo no salva.
Cruza la sensación que no cruje
Sin el placer de los días.

Te saludo
Con este lago por brecha,
Con esta ausencia por idea.

Sonrío
Dejo que el sol intente salir,
Escucho tus gemidos sonando temblores.

Poco sostiene
La fuerza se agolpa ahora
Con círculos concretos devorando la mañana.

Resuenan los manotazos
Los reproches lúdicos de la vida
Sumergen sus ausentes gotas de rocío.

Dolor
Gritos que recuerdas
A la pareja, al amante, al deseo.

Cruza el mundo
Donde te has encontrado belugas sonriendo,
Desplazamientos entre destreza y suerte.

El encierro carcome
El niño enclaustrado
Marca, extraño crecimiento inusitado.

Pero
Lo cotidiano devora
Se sumerge, sin respuesta.

Aquí la marca
El deseo hecho olvido
El mundo colapsado a destiempo.

Los viajes
Sin aroma a mundo, golpean.
Largas horas en el paisaje, abismo sin cuota.

Este recuerdo fraterno
Cobija en miel
Sin cubrir distancias.

Los planes se opacan
La ira inunda,
El sol cruje, el tiempo se acorta.


Apuntes de la pandemia

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