Presencia y memoria
Yo sé que mi redentor vive...
Libro de Job
Principio
La mañana se ha difuminado,
Cual marea en una asonada;
Recae un marasmo de sensaciones,
Algunas se van disolviendo en las calles de nadie
Algunas más en los rayos incoloros.
Han aparecido los cercos
La presencia de la memoria
Que arrastra hacia el desierto
(calma abotagada de extremos)
Sin sombras alargadas
Que encubran lo real.
Recorro las calles de siempre
Con un sentido diferentes,
Trámites,
Sonidos ásperos que me traen a este lugar,
Hojas adversas que deja ver el suelo
Hilando su savia al natural.
Colocar
Colocar las palabras
En el espacio que son.
Vincular con el aire
Con el momento
Donde se unirán.
El paisaje
Es la coordinación de la mañana
Que no deja de atardecer,
Con el haz en la mano derecha
Y la mente diestra a la izquierda.
Empotrar con la suavidad de lo real.
Sin aspavientos
Con el hilo que tejen los sucesos.
Poner en su sitio
Los temores que nacen
En una familia extensa
Con sus roles interminables,
casi eternos.
Embadurnados de suavidad
Con la destreza de lo insuperable.
Regreso
Organizar el mundo
Para recolectar las estelas,
Esas que comunican con las jerarquías,
Con la selva del mundo
El aire razo
y la mañana constipada.
Regresar a un espacio conflictivo.
Donde la idea es la supresión de la identidad.
Una aventura con la herida abierta
Con la bipolaridad como horizonte.
Tercio del mundo
Con la huída que es presencia.
Aquí con la necesidad en la mano,
Con el sortilegio agazapado
No volver a la caída
A la orilla torcida de la destrucción compuesta.
Regreso como afrenta
Como huída ligerísima
En la sobrevivencia: presencia.
Madrugada
Hay un dolor perceptible
Casi en doblés
Como si la claridad estuviera en el horizonte.
También
Una negación que se palpa insiciva,
Sin rumbo,
A la orilla de un desfiladero que no deja de crecer.
Existen intuiciones
Salobres colores que no paran
de enjuiciar los días.
Está el agua que todo lo salva
Está la mañana a la diestra,
El verano... se agota.
Comentarios
Publicar un comentario