Tres poemas prevacacionales
El que soy
El que he sido
El que ahora repta con sus achaques.
Noches con sabor a mariguana,
Con la dormidera sin brillo
Nostalgia de un luna plena
De noche arropando los días.
Antibióticos arrollando el cuerpo
Con la acidez de la muerte
En el recuerdo álgido de la desmemoria.
La garganta irradiada de enojo,
De ensueño inoportuno
Que colma a voces el susurro.
No estoy pensando...
Ahora siento,
El dolor se esgrime en trozos
Jengibre voraz colmado de frutas.
Ahora la espalda baja,
Como si todo pereciera
En las frígidas mañanas
Que ya no son mias
Que fueron del mundo.
Este cuerpo achacoso
Inicio de posteriores dolores.
Mar agitado
Antes, todo calma.
Lacrimosa
Cuando el llanto
Con la hora dormida,
Por este insomnío que crece
Aletargada en el manto.
Vida que muestra en un rrevés,
Aletargado llanto
Con la pensadora por meta.
Es una noche interminable,
Apenas lucen los sonidos,
Margen de las periferias
Donde la calle dormita,
Donde la ley se limita por la fuerza.
Días de niebla y sol
Del viento que no llega por esta estación.
Mañana con sol
Humedad fría
Para nosotros los de clima templado.
Días de sombras alargadas,
Estrechos días de sol.
El otoño cae sin tregua,
La pandemia en su curso
Pega con dureza en el mundo.
Hora temprana
Sonidos anónimos disueltos en un plap.
Esta mañana que sabe a descanso.
Otoño 2021
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