Viaje
A paty, a Pablo
El vuelo
Rapidez pendiente de un momento.
Resurgen las horas con huecos de desierto,
Valles secos que nombran el verano,
Ya ardiente por los años.
En un sortilegio,
Los corredores de vuelven extensiones
Lejanas de la hora cercana.
Gente
Gente y su mar de virus.
Huyo sin ningún motivo
Con todos estos humanos a los costados.
La llamada llega
Larga fila aglomerada
En los recovecos de un hueco COVID:
aeronave cargada de vivos.
Pronto el vuelo se prende
De su propia esperanza para llegar…
A otra parte que fue de nosotros
Ahora de todos menos de los mexicanos.
La lectura me distrajo,
Algo de la Patagonia
Encendida en una anécdota interminable.
Una hora después,
Desde la ventanilla aparecían las luces
Rectas homogéneas.
Calles planificadas
Con la velocidad del capitalismo Salvaje.
Con la cualidad constructiva
De un mundo en destrucción.
La noche se vuelve tersa
Nubes dispersas por la costa
Esparcen algodones oscuros
Sobre la extensión fría del verano.
Pronto, aterrizaje.
Estamos en ese país
Inmenso, lejano y mítico.
Preguntas
Diatribas
Mas diatribas
para colgar el mundo con su genio.
Los ordinarios
Brincan de un lado
Susurran incompletos,
Nombra la burocracia su juego completo.
Muchas preguntas
Consuelos trágicos
Revuelto en el desierto,
la costa
y la ciudad.
A ¿Qué viene esto?
Cuántas dudas sobre mí.
¿Quién desea vivir en esta país
Que resuena a desarrollo,
A represión legislativa?
Pleno de ciudadanos ingenuos
Gritando el 4 de julio,
Imprecando el abuso
Sobre la expoliación
Y la bajeza de un mundo en competencia.
En qué momento apareció:
“Bienvenido a Estados Unidos”
Carros y mas carros I
Inundados de asfalto
Construcciones agresivas.
Caminos de concreto
Asfalto por montones.
La fiesta está en la máquina,
Medio que supera al mundo.
Alcances por velocidad.
Impactos constantes
Presencia real de la velocidad
En vías rápidas.
Carros
Más carros en todos lados.
La felicidad y el paisaje
El horizonte no es homogéneo.
Tampoco natural
Rellenos de suelo
Caminos para paseantes
Organizan el desierto.
La mano del ingeniero ha pasado por aquí.
También de cientos de personas.
Perros,
Humanos corriendo
Dando vuelta a la pandemia.
El desierto es un puente:
Entre las Rocallosas y la costa
Un suelo amarillo enriquecido de humedad:
California, la deseada.
Verano cubierto de viento
Humedad que hace las tardes poco sórdidas,
Mañanas, promesas de buen sol.
Un benigno desierto aquí,
Hermosa resolana con seguridades,
Calles organizadas, ordenadas
Piel del norte, piel del sur.
Aquí un crisol que resuena en español.
Planificación
Aterrizaje nocturno.
La costa no agota sus luces,
Con ese incendio de calles
Se tuerce entre carros
Y casas doradas por la luz.
La homogeneidad se yergue
Con calles todas iguales,
Con pinturas ornamentando
Normas intrínsecas de ciudad.
Una via rápida
Nombrada “405”,
Nombrarse “567”
Nombrada “367”
Que agonía,
Deslegitimar la creatividad humana.
La textura del mar es sólida
Playas
Extendidas durante el verano.
Esa humedad vuelta viento.
Ráfagas salvando la costa recortada.
Tarde espléndida
Sol,
Ardor californiano que estrecha
Entre la mar y las montañas.
La corriente desde Alaska
Se deja sentir en pleno.
Esta humedad tan viva,
Salva del calor maldito del desierto.
Hay sonidos,
Gritos de niños,
Familias enteras que salvan la pandemia.
Es miércoles
El verano está aquí,
Es mucho para los norteamericanos.
Encierro
Libertad que huele a confinamiento.
Cae el sol
El ocaso está aquí,
Presente
La imagen del mar
No es la sandia de Pellicer[1],
Es, dureza del norte,
Imbuida de especulación inmobiliaria.
El sueño es
La dureza del mar con sus matices oscuros
Con su rojo sol
Que ahora abraza el océano
Nunca calmo.
La solides de otra latitud,
El reflejo de una mar contenida
En un espacio apretujado:
Entre la costa y las montañas.
El desierto, el paisaje
El desierto es el chaparral
Plantas por aquí
Arbustos por allá.
Alguna liebre asomada por las veredas,
Asume su territorio como agreste.
Veredas naturales
Redecoradas por el humano.
La obsesión del bosque en el desierto.
La ingeniería
Transformada ocasionalmente en mundo.
Algunas brechas salvan el paisaje
Revuelto como espuma de mar.
Algunos minutos
Para caminar y caminar
Caminos que se antojan hechos.
El sol, ese que hiere
Con más brillo que vida
Pega sin nombre,
Caída feroz.
Un par de horas para lidiar
Con la atrocidad.
El cansancio agolpado sin tregua.
La esperanza de la lluvia
No llega de ningún lado.
Sueño de retiro
Soledad apegada al cono norte
Verano infame
Aliado de una claridad en retiro.
La sombras seductoras de Hopper[2]
Inundan la tarde,
fuga de dia
En la orilla de la vida.
Sol maldito
sol estilizado.
La luz evoca emociones
Vida y arte
Sustentando el sopor californiano.
En está soledad bilingüe,
Tierra desértica, deseada
Usurpada por inmobiliarias,
Recreada por paisajistas varios.
El viaje
Hacernos de la carretera
como signo
como símbolo
como objeto real,
Donde el viaje irrumpe,
Nombra todas las posibilidades
las latitudes
el clima
los horarios varios.
Montados en bosque
llanura
desierto
Brilla el mundo alojado en nuestro imaginario,
ahora, muy virtual.
Ese nombre que hace sudar frío
sudar en caliente:
con la ladera ilusión por asignación.
Madrugada
retener la mañana cálida agolpada en los intersticios.
Estratos sólidos
Atrás,
todo esplendor y brillo,
Mañana enlistada
En las vueltas del desierto,
De ese que cambia:
donde estratos
donde polvo
donde vegetación
donde lluvia, con viento reciclado.
Ver el mundo estratificado
Resquebrajado entre abanicos aluviales
Tirados, para que la mirada
los sumiera en su paisaje.
Viento del mundo
Que se vuelve bosque en un seco desértico,
Aletargado en su temperatura voraz
Colmada de grados Farenheit.
Zion canyon revisitado
Un río cruza los cortes
Longitudes de mar hecha cañones,
Un corte que es valle
Extendido en elevaciones formadas en capas.
Sistemas de mar oculto
Elevaciones que terminaron siendo polvo.
La estratigrafía es poesía
Cuando ves sus colores de oxidación permanente.
Sus giros enlaces que se vuelven mundo.
Carros y mas carros II
Giros de carreteras.
Vehículos por doquier
Como plaga infernal
Filas interminables.
Carros y más carros.
Al final
Las estrellas refulgen
Un sistema se oculta al ensamblar:
Realidad y permanencia.
Viaje sobrado de brutalidad.
El padre presente en una dimensión sin precedentes.
Donde el control es la clave.
Un tiempo impensable para reconocer
El sonido de lo escondido
Manchado de literalidad
Auspiciado por el poder y control.
País, familia, región
Contornos espaciales enhebrados.
Aquí la reoganización legislativa
Allá la disfuncionalidad reactiva
Por aculla el paisaje hecho recursos para capitalizar.
Un lamento que corta,
Un sonido nítido,
Que se empecina en doblar el mundo familiar.
California, EUA
[1] Carlos Pellicer Cámara (1897-1977). Poeta mexicano. Uno de sus poemas se nombra “Dúos marinos”, realiza un poema con semejanzas entre el mar y muchos objetos, entre ellos el mar y las sandia: El mar de día es toda la sandía. Poemas reunidos de Carlos Pellicer: http://culturatabasco.gob.mx/wp/wp-content/uploads/2020/03/obras-pellicer_compressed.pdf
[2] Edward Hopper (1882-1967) pintor norteamericano. Su pintura pertenece a la escuela nombrada Ashcan. Entre otras muchas cosas, sus pinturas expresan luces y sombras típicas de latitudes terrestres entre los 30°a los 60 °, pintadas con su propio estilo. Por ejemplo: https://prodiart.com/es/Fine-Art/expone/habitaciones-junto-al-mar-edward-hopper/product/alu-dibond-artwork
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