Fuga Pandémica

Proemio

El invierno se ha asentado con la pandemia.
Sin romanticismo se ha quedado acurrucado
                                                                mano diestra de desidia
horas amigas,
                    recuperación larga.

Como una maldición
El cuerpo resintió el virus maldito,
Ese del que todos hablan.

Sentido,
Vivido
engreído.

Delirio maldito,
vulnerable,
compungido.

Invierno maldito,
llévate a tu engendro híbrido.




Sencillez


                                                                                                                                             A Patricia

No requiero mucho
Un poco de poesia
Un estimulante intelectual
Y mucha musica
                        Para saberte.
Vivimos en el paisaje revuelto,

humedad por sorpresa
Los vientos sorprendentes de Holbox,
La miseria del pie de monte de Campeche.

Pablo reía.

Su risa es la adolescencia gringa
Acomedida para recordarnos la escisión perdida.
Nuestros gestos eran la de todos los turistas en la península.

No requiero mucho para vivirnos
Un poco de vida tomada por comodidad básica.
Un sol que no se compre en Amazon
Y la risa del diario ajetreo sin costo.


 

La muerte de un amigo

¿A quién recurrir en tiempos pandémicos?

Último amigo de mi pasado reciente
Lo vi ausentarse en Mérida,
                                             La exblanca Mérida
                                            Ahora: “La Segura” Mérida:
Un “yuca” como se resiste a ser,
Me explicó con su acento suave y machacón
La importancia de la "familia "y la futilidad de la pandemia.

Aún recuerdo nuestra última plática
Con su gato mestizo
Vilmente llorón.

Reímos sobre el robo
E invocamos los males del turismo
Justificando el dinero y la refacción ida.

Mis amigos no están en esta pandemia.
Se refugiaron en sus seguras casas de vida
Aleccionando la recesión que monta cual huida..


El mérito, el éxito

Nombrarte Calisto Jaimes Huerta
O Anselmo Iñauterri Guzman
O Patricia Alcantara Lomelí...

Quizás el nombre no importa
Eso nos han hecho creer.

Las relaciones trenzadas son el éxito:
la familia

                la amistad

                                    la relación apremiante de protección.

Quizás, sea lo importante.

Opciones que no se han creado
Se visualizan como paisaje

¿Cómo nombrarme empleo bien remunerado?
Cuando la oportunidad se ha marchado.

 

Este dolor que surge de mi costado

Este dolor que surge de mi costado
Acomodado entre líneas
Ido en espasmos.
 

Tras una fuga,
            nombra la diferencia que no cesa.
Esta templada humedad
            enredada desde la infancia
Aletargada en girones
            se envanece
Acurrucando la tarde
            con sus sonidos cotidianos.


Tristeza desparramada
            con su seguro descenso
Se retuerce entre horizontes.


Tarde esbelta,
        escurridiza,
                sin sol visible
                        sin lluvia deleznable,
                                    supongo
                                        es el sentido fugaz del encierro.






Prueba de amor

“La ballena enredada en un chinchorro
arrojada por las olas a las piedras,
pestilente, humillada y sin vida
es una imagen enredada.”

Ana Maria Sánchez


Los retazos se organizan en fragmentos.
Aunque el viento una la amalgama disuelta
Entre vuelcos, entre llantos.

Soñé con el mar hecho añicos
con olas fragmentadas, no paraban de romperse.

Afuera silencio,  la pandemia ha traído a su amiga,
Se hace oblicua y alecciona la madrugada.
No entra la mañana
No queda clara la noche.

Afuera hay un ruido invernal que no cesa
Acá hay un crujido abismal que termina partido,
Viento alpino
En el trópico líquido y envuelto en frentes fríos.

Los recuerdo se hacen uno
Recuerdo y fantasia
El mar que verdea y el horizonte pálido, está.

El viento completo
Se arrodilla ante la fantasia
El amor, sus ovillos y sus delirios.

La memoria es la prueba que cabalga,
El azul profundo de la ballena
Enhebrada en un red de significados.

No existe la prueba,
No hay romanticismo en la modernidad tardía.


 

Días frios

Afuera hay poca gente
Se ocultan de sí mismos tras un virus.

La temperatura se enlaza cercana a cero grados,
con poco aumento, aún con el sol brillante de invierno.
Con la intensidad de los reflejos que me disgustaban.

Sale la cara para percibir la humedad,
un frio cubre de morado la piel.
Este invierno singular, aireado de ausencia
y de protocolos de salud.

Es invierno con sus tornasoles estados del tiempo:
frías noches
cálidas tardes
cambiantes tarde-noche
frígidas madrugadas.

Ya no te nombro
aún te recuerdo, pero no lloro
acude a veces tu silueta
                                      abandonada en algún recuerdo de la memoria.

"No sucede nada", me digo
mientras tomo mis miserias y las apretujo
al recuerdo, al olvido.

Bello invierno que traes la memoria a cuestas,
Con ese cansancio seco
                que oprime el pecho
desquebrajando la esperanza incolora.
 

Es invierno,
Se siente el malestar en mi respiración,
En las cobijas que pisan los talones,
Es frio, es extraño sin espacio a dudas.

Es invierno,
No estás aquí…



Retoques

Has tocado el recuerdo
Escribes para preguntar de mí,
Un sueño
Un recuerdo,
Sigo pensando si debo responder.

Los lazos rotos están.
Cobijar el cuidado de lo inexistente:
La amistad
La fraternidad
La solidaridad
            eventos que no suceden porque no estamos.

Será la vaguedad
Este invierno que pega sin piedad.
Quizás la pandemia
Atrofia de todo en este par de años.

Será que la Luna Nueva
Trajo un nuevo saldo a la orilla
De este mar de pasmos y dolores virulentos,
Será que hay un despliegue cálido y un frio atroz:
                                        la naturaleza de las relaciones.



Prueba de vida

Como si escurriera de mi espalda
Se entrecruzan las ideas,
Las palabras me socorren,
Puedo escribir…

Las conexiones se dan
Como los ensambles de la vida,
Cuales olas rompiendo en la playa.

Hoy no quiero más,
Esto es la vida significada
Aumentada en cuadros de ligereza.

Esta vida que se va
Que no regresa con la sanidad
Que se ha ausentado con la presencia de la pandemia.

Este bar se cierra
Entre entuertos dirige la tarde en fuga,
Sonidos matutinos engarzados
En el recuerdo similar de aquel otro recuerdo.

Puedo escribir
Sonrío y sonrió,
Es un extraño poder
Enjuto y divino.


 

Regreso

Todo sucedió tras el regreso.
La incidia por lo escasamente organizado,
El llanto de la pareja
La risa del sobrino asombrado,
                    luces del paisaje dorado.

Sin piedad, las deudas se aglutinan
Pegando en la edad
En el cuerpo que doblemente cansado está.

Es una vuelta dolorosa
Donde poco a poco cuelga ya:
El llanto
El dolor
La resaca
El vuelo frígido que no se da.

Hay un regreso que apenas se siente,
Dolor de mundo y un borceguí.



Brillante

Contento con nada
Escribo y escribo.
Con el esplendor dado a mi causa
Nadie sonríe
Nada se extiende por mi bolsillo.

Sigo escribiendo    
Por una causa que no es clara
En un camino que apenas descifro.

Escribo para mi,
Sin orden ni concierto
Escribo a la mañana
                a la tarde enhiesta,
Mientas mi tercera semana virulenta se va.

Los dolores por aquí aun resuenan:
Alguna opresión de pecho
Un dolor de cabeza que se extiende a cualquier hora
Cientos de miligramos en vitaminas,
Parece que estoy sano
                huyo del pasado enfermo.

Apuro para cobijarme en cama,
Aquí solo estuvo la red familiar
                    la ayuda que se traduce en mutualidad.

Todo esto
        gira de manera brillante.




Gritos y susurros

A Tlanetzi


Escucho gritos.
Es invierno, gritas por la ventana
Esperando un estruendo de claridad que no llega.
Estamos en la periferia.

Acá los muertos aparecen en zanjas,
La basura es parte de un paisaje sin terminar.
¿Qué haces acá? Siempre me pregunto.

Sale el sol
Tu rostro se difumina a la mañana entera
Sigilosa irrumpes al mundo
Con tu mirada de niña
Con tu ira de adulto.

Estás gritando tras tu ventana.
Suelo urbanizado extendido hasta tu horizonte,
Fuga inedita a las periferias.

Es así que gritas
Tras los susurros que llegan de un entuerto pandémico.

Están tus mascotas
Pléyade de sonidos y cuidados
Que siempre están.
No hay huida, no hay fuga.

Se escucha el mundo
Cuando reflejas lo pensado,
Cielo entrecruzado
                cabizbajo mar.

Es invierno
Sin precaución gritas
Susurrando las penas incoloras,
Hechas de yeso para moldear.

Es de día,
No se refleja tu andar.

Es un eterno encauzar,
Bajar a lo bajo
Gemir a la alto
Sentir el sol alrededor.

Cuando la paciencia fuga
La mañana se achica
Con sus cerros limítrofes
Con sus bisagras llenas de hollín.

Entra la tarde con pasmo,
Sigue sonando la mañana.
Susurras
Algo suena como hueco,
Sonido alterno de la alegría revuelta
De la cercania en colapsos cortos.

Es de mañana
Café y pan francés te esperan.
No importan los gritos,
Que hay que dejar hacer,
No importan los dolores impuestos,
Existen
Los susurros que se extiende por la tarde sin fiebre,
Por la mañana soleada.

Apenas suena
Esplendor de encierro,
Ira de bulla
Corte de lo ignorado,
Lloras al tiempo
Revuelto.
¿Quién no llora
En este ancho fondo?

 

 

Así…


Sin hambre
Sin hueco de armonía
Fluyen las letras
Como marabunta divina
Extendida al sol de invierno.

Es de día
Puedo escribir a la mañana
A la tarde
Al mediodía,
        lo mejor es que puedo escribir para nadie.

No me esperan
No hay crítica
No hay vacinica rítmica,
Es mi tiempo y espacio.

Sonrío.

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