Día cero
La
carretera ensueño ligero,
torvo,
curvas
ampliamente tornables.
Asciendo
desciendo.
Acelero
desacelero.
Me
acompaña la ligereza,
el
peso ha quedado atrás
incoloro,
pasmoso,
lerdo,
triturado
en el llanto
en
la incapacidad del cambio/tolerancia con el otro.
Está
el llanto,
el apotema enhiesto,
las
imágenes de ese llorar eterno.
El quebranto principia
con la tristeza profunda.
28 de febrero, 2016
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