Revueltas y Hegel ( jeguel y Medarda)...

"La memoria no es lo que se recuerda, sino lo que olvidamos" dice Revueltas que dice Hegel. Con esa extraña manera de expresar las cosas más confusas, Revueltas escribió una novela corta representando   lenguaje y memoria de Hegel de donde se desprende memoria, acto profundo, lenguaje, imaginación. Hegel  y yo, una novelita corta, de las docenas que escribió en la cárcel. El mismo Revueltas, quien difícilmente lo imagino recorriendo los pasillos tan cambiados de la Facultad de Filosofía y Letras, no sé por qué me es más fácil imaginarlo en su celda, allá en Lecumberrí, o hasta en la Isla Madre, allá en las Marías. Me gusta pensarlo alejado de la decadencia académica; me gusta imaginarlo libre, pleno, ominconciente, solidario, lo prefiero viejo: !sabio! Sí, con toda seguridad es parte de mi educación paternalista que hizo que a cierta edad cambiara los héroes nacionales por los héroes intelectuales: ¡El viejo Revueltas!

Revueltas espeta a boca de tintero: “Para él, el lenguaje es un rodeo, un extravío pernicioso”, ¿quién más puede ser él? sino Hegel. El mismo que cagó el absoluto –diría el irreverente de Christopher-.  Pero, pensemos en ese extravío singular que es el lenguaje, que cruel consumo de palabras en un mundo circular, redondo, casi plano donde la creencia de una totalidad total hace creer a Hegel que el destino de lo existente es occidente. El lenguaje que es una oscura concatenación de símbolos colgados de una colectividad en un espacio. El lenguaje que condena y predice mi actuar. Para Hegel el lenguaje es toda oscuridad, dice el viejo Revueltas.

Continúo retando al tiempo, me zambullo en la atmosfera oscura en torno a Medarda, esa figura humana, hecha mujer, de el jeguel –un compañero de celda del viejo Revueltas-: fantasía oscura que se vuelve tan impenetrable o plenamente cartografiable como el propio Hegel desde nuestra modernidad tardía. Medarda: ternura, deseo, pasión, la sensualidad de un "objeto" femenino, Medarda tan sólo es una fantasia: ¿cómo jeguel?, ¿cómo Hegel? No lo sé, en realidad no lo sé. Dice Revueltas que Hegel y jeguel son un poco similares, los dos son oscuros con el uso de las palabras, con una viva pasión por el doble sentido. Los dos se volvieron interesantes para el viejo Revueltas, los dos tenían piel de cochino... 

Quizás fueron tan interesantes para el viejo, que me dejó queriendo hablar de él, de su Hegel, de jeguel, su Medarda, sus siglos guardado en prisiones, sus representaciones de filósofo-novelista-etc “mexicano”. Hace unas horas que releí su Hegel y yo, es difícil no sentir, nuevamente, la cascada de emociones que me generaba la lectura de sus novelas, su prosa tan llana y sencilla que se me volvía impenetrable, sus personajes duros, sacados de la más real de las realidades de su tiempo y espacio: Estado, Revolución y sin Sentido !vaya!: ¡El viejo Revueltas!


                            

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